Dentro de 4 días tiene lugar el cambio de estación: llega la primavera!!!
La primavera es una estación con una climatología muy variable e inestable. Estos cambios ambientales pueden alterar la piel. A rasgos generales, durante la primavera aumenta la humedad en el ambiente y con los primeros días de calor aparecen los primeros sudores, podemos sentir la piel como más sensación grasa y nuestros poros pueden parecer más dilatados.
Y con la primavera, la piel se altera.
Generally, suele ser una estación en la que las personas que sufren patologías como dermatitis atópicas, psoriasis, acné o rosácea observan que su piel empeora.
Besides, durante la primavera se produce un aumento de sensibilidad debido a la mayor concentración de alérgenos que nos encontramos en el aire. Esto puede generar irritación de los ojos, de las mucosas y de la piel, provocando la aparición de eczemas y picores en la piel y en el cuero cabelludo.
Y cómo no hablar de que la piel es un órgano emocional y se expresa indicándonos que algo está cambiando.
Para tratar estos cambios, tendremos que introducir una serie de cambios en nuestras rutinas de belleza:
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Exfoliación facial.
Acción renovadora que además de eliminar gran parte de las células muertas que nuestra piel tiene acumuladas del invierno, nos ayudan a mantener limpios los poros haciendo que aunque se encuentren más dilatados, parezcan menos visibles.
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Protector Solar Facial.
Sobre todo en España, la incidencia del sol es bastante elevada en esta época del año. Sería necesario replantear el tipo de protección que ofrece el filtro solar que hemos estado usando durante el invierno y evaluar si necesitamos cambiarlo por otro con mayor SPF o con otra textura diferente.
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Mejora la hidratación de la piel.
Con el aumento de temperatura, es necesario incorporar más cantidad de agua a nuestra dieta para evitar deshidratarnos pero también es necesario mantener la hidratación en nuestra piel para evitar perder más agua de la necesaria por transpiración. Debemos buscar cremas con mayor cantidad de ingredientes emolientes como las ceramidas, algunos alcoholes grasos, algunos aceites naturales o escualeno, y oclusivas como las ceras, la lanolina, la manteca de cacao o de karité o los aceites minerales.
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Control de la piel grasa.
En primavera, como ya hemos mencionado anteriormente, aumenta la presencia de grasa en la piel. La grasa es la forma de protección natural que tiene la piel y ante una estación con una climatología tan variable, nuestra piel pone en alerta a sus glándulas sebáceas. Si eres de las que al cabo de las horas tu piel presenta brillos no deseados, puedes recurrir a algunos cosméticos que te permitan el control de los mismos y que hagan que tu piel luzca radiante todo el día. Un ingrediente que me parece ideal para el control de los brillos es el aceite de jojoba.
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Cuidados para la piel sensible.
Las pieles sensibles necesitan un extra en esta estación. Debemos tratarlas con mimo, con suaves cuidados y seguir de manera más exhaustiva tus pasos de rutina facial diaria para que no sufra alteraciones.
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Cuidar la alimentación.
Una buena opción es aumentar el consumo de frutas. Las frutas contienen muchos antioxidantes, los cuales nos ayudarán a proteger la piel del daño solar y del envejecimiento prematuro, además de aportar una gran cantidad de agua, que nos vendrá genial para aumentar la hidratación interna.
Y si eres de las que te cuesta comer frutas o verduras, no te quedes sin ese aporte extra que los antioxidantes nos ofrecen en esta estación y recurre a algún nutricosmético como es el caso de ANTIOX N5, que además de ser un complejo antioxidante también contiene hyaluronic acid que nos ayudará a aumentar la hidratación interna.
Lo ideal es que si no sabes cómo incorporar estos cambios en tu rutina facial diaria, lo consultes con un profesional.
Aquí te dejo un enlace en el que puedes contratar una asesoría conmigo en la que te enseñaré a cuidar tu piel en este momento.