Cosmetología

¿Te atreverías a tratar tu piel grasa con aceites?

Zona T, brillos, granos, poca duración del maquillaje: una piel grasa tienes sus características y apuesto a que a ti te gustan tan poco como a mi. 

Cuando comencé a formarme en maquillaje, uno de mis grandes retos era cómo tratar las pieles grasas. Yo, en primera persona, he vivido esa situación en la que me había maquillado para un evento y al cabo de unas horas mi maquillaje parecía haber comenzado la barra libre sin mi. Brillos y más brillos.

Con el tiempo aprendí a amar a mi piel grasa, ¿sabes por qué? Porque las pieles grasas son menos propensas a la aparición de arrugas y cuando aprendes a cuidarlas, son muy fáciles de controlar.

La primera vez que me dijeron que para tratar una piel grasa tenía que usar aceites casi me explota la cabeza.

“¿Aceite?¿cómo puede ser? si precisamente lo que no quiero es tener esa sensación grasienta en el rostro”


Me enseñaron es a entender que las pieles grasas son en realidad pieles sensibles. Que la grasa no es más que una defensa que tiene nuestra piel para protegernos de jabones, cosméticos agresivos, ambientes saturados, calor…

Por lo tanto, si una piel grasa es una piel sensible y, por mi formación química sé, que lo igual disuelve a lo igual, no podía pretender eliminar la grasa de mi piel con un jabón astringente que lo único que podía generar era ese conocido efecto rebote.

Esto es lo que me hizo comenzar a indagar en el maravilloso mundo de los aceites vegetales (no esenciales, que son otro tipo de aceites). 

Descubrí aceites cicatrizantes, reafirmantes, nutritivos, calmantes…y por supuesto, equilibradores de grasa. 

Comencé a incorporarlos en mis rutinas para piel grasa y casi que podía conseguir cualquier objetivo que me propusiera cambiar en una piel solo usando aceites. 

Después decidí incorporarlos a mi rutina corporal e incluso decidí cuidar la piel de mi bebé con aceites en lugar de usar las típicas cremas hidratantes de marcas conocidas.

“La loca de los aceites” me llamaba.

Generalmente, en las rutinas que creo siempre incorporo alguna fase oleosa como algún limpiador facial en base aceite: suelo hacerlo en el paso de la doble limpieza nocturna, con el fin de eliminar los restos de maquillaje, sudor, grasa, protección solar y contaminación. 

¿Sabes que existen los aceites secos? Para las más exigentes en lo que a texturas se refiere también hay aceites.

Pero cuidado.

Aunque amo los aceites, su uso no es adecuado para todas las pieles. 

Las pieles con patologías como por ejemplo la rosácea, deben tener especial cuidado con este ingrediente cosmético. 

La rosácea se genera por la presencia de un ácaro denominado Demodex. Éste ácaro vive en la piel humana y se alimenta de sebo, habitando en los folículos de áreas de la piel como las mejillas, frente, naríz o párpados.

En pieles con rosácea deben usarse otros métodos de higiene diferentes a los usados en la limpieza de pieles grasas y su tratamiento siempre recomiendo que lo prescriba un dermatólogo.

¿Qué últimas recomendaciones te daría para tratar tu piel grasa? pues que ante todo no tengas miedo a los aceites y que una rutina de limpieza bien establecida te salva la vida.

Si necesitas que te dé algún consejo personalizado que te ayude a cuidar tu piel grasa, te dejo este enlace en el que podrás reservar una cita que me permita valorar tu piel. 

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